jueves, 18 de octubre de 2012

¿Los jugadores juegan donde quieren?


Se trata de dos campeones del mundo y de Europa, ambos compañeros antaño, pesos pesados en el vestuario que decidieron cambiar de aires buscando nuevos retos, pero cada uno ha encontrado distinto final en sus aspiraciones deportivas.
Es fácil saber que son Fernando Llorente y Javi Martínez, el primero no quiso renovar el contrato, lo que intuyo que podía ser una medida de presión para salir este verano y que el Athletic no le dejase libre a coste cero la próxima campaña no le resulto (tendrá otra oportunidad en el mercado de invierno) mientras que el navarro jugó mejor sus cartas, con un club detrás señalándole todos los movimientos a realizar y con la seguridad de que si el bilbaínos no entraban a negociar abonarían la clausula para llevárselo.
Todas las posturas se entienden tanto la del Athletic como la de los jugadores, luego cada persona decidirá en que bando se posiciona, desde la postura del club se adopto que no se negociaría por ningún jugador de su propiedad, ya que no es la filosofía que practican, también los contratos están para cumplirlos sin importar los años de duración que restan, se sienten un club diferente, de esta forma tratan de crear una familia futbolística donde hasta el ultimo día que estén con ellos se sientan queridos por una afición que cada fin de semana les brindan su aliento atronador
Se antepone el ser competitivo con grandes jugadores a grandes beneficios a corto plazo, aunque esa competencia también puede que sea a corto plazo sino se obtiene liquidez para fichar otros grandes jugadores que cumplan los requisitos de los fichajes de los bilbaínos. En definitiva, creen que el amor a unos colores esta por encima de las aspiraciones individuales.
En cuanto al jugador que se quiere ir de la entidad, sea por el motivo que sea, económico, deportivo, personal, no puede entender que le retengan como a un prisionero, tan solo es un jugador de futbol que busca nuevos retos, en estos dos casos ambos fueron por razones profesionales, no es lo mismo luchar por ganar el campeonato domestico que acercarse a los primeros puestos y tampoco lo es jugar UEFA a Champions, cualquiera desearía cambiar a un equipo que le ofrece garantías de conseguir los títulos mas importantes del continente. Desde esta posición salen todos ganando, el club obtiene un dinero por su venta, no tienen a un jugador descontento, que puede ser una bomba en el vestuario, y el futbolista juega donde quiere.
La frase de Enrique Cerezo: “Los jugadores juegan donde quieren” no es totalmente cierta.

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